Poco conocida y delicadamente elaborada, la Garlanda forma parte de un recetario olvidado que rescata formas sencillas pero profundas. Su textura equilibrada y su sabor profundo evocan el lujo de lo auténtico. Con líneas sobrias y proporciones que destacan sin alardear, este pastel refleja la belleza de lo que persiste y se mantiene, como un diseño que se mantiene fiel a su esencia.