















La Charlotte, nacida en el siglo XIX en honor a la reina Charlotte de Inglaterra, es un pastel que une estructura y suavidad. Con una corona de bizcochos de soletilla y un corazón cremoso —ya sea de frutas, mousse o bavaroise, evoca una construcción precisa, casi arquitectónica, que envuelve y protege lo esencial. Su diseño es una celebración de lo clásico y lo femenino, un equilibrio entre forma envolvente y dulzura refinada.
