El Fraisier, nacido para celebrar la frescura de la fresa francesa, es un pastel que refleja la perfección en cada capa. Con una crema mousseline delicada y fruta dispuesta con precisión, este pastel se convierte en un símbolo de refinamiento. Su diseño visualmente preciso refleja un equilibrio perfecto entre lo sensual y lo estructurado, una obra de arte comestible.